¡Esto emPIeza!
Es un honor poder escribir, a partir de hoy, en PI, el Periódico de la Ingeniería, una excelente iniciativa donde espero que los representantes de las universidades y resto de personas que trabajamos en torno a la formación e innovación logremos transmitir dónde estamos y hacia dónde debemos ir en esto tan útil y apasionante que se define como ingeniería.
La Real Academia Española determina que la palabra ingeniería se refiere al conjunto de conocimientos orientados a la invención y utilización de técnicas para el aprovechamiento de los recursos naturales o para la actividad industrial, y su transmisión es, precisamente, la razón de ser de las titulaciones o enseñanzas de ingeniería que se imparten en las distintas universidades de España y del resto del
mundo.
Escribía José Ortega y Gasset, en su “Misión de la universidad”, que en estas enseñanzas superiores nos centramos en enseñar profesiones intelectuales, en realizar investigación y en preparar futuros investigadores, y en eso seguimos, casi cien años después de su libro, con las mismas carencias en la transmisión de la cultura, entendida esta como un concepto cada vez más amplio y complejo.
Prácticamente todas sus reflexiones de entonces, publicadas en 1930, siguen aún hoy plenamente vigentes, pues comenzaba abogando por la necesaria reforma universitaria basada en la creación de usos nuevos, en vez de concentrarse en corregir los abusos existentes.
Lamentablemente, vivimos unos tiempos en los que no se valoran lo suficiente las aportaciones de la ingeniería sobre cualquier aspecto de la sociedad y las actividades humanas desarrolladas por esta, de tal forma que ya desde las universidades percibimos una falta de vocaciones derivada de nuestra escasa presencia en los ámbitos sociales que inspiran a nuestros jóvenes, lo cual está creando un problema de captación de talento joven que incide posteriormente en los sectores que necesitan incorporar estos a sus plantillas, tanto por la necesaria renovación generacional como por el crecimiento orgánico y geográfico de nuestras empresas.
Y aquí, el papel de las universidades también nos lo marcó ya José Ortega y Gasset, cuando reflexionaba acerca de que la sociedad lo primero que necesita son buenos líderes, y qué mejor aportación que lograr que haya muchos ingenieros entre ellos, con una presencia activa en todos los sectores, incluyendo la política, para aplicar sobre estas habilidades técnicas y resolución de problemas, aspectos que empiezan a escasear.
Por lo tanto, vamos a intentar en este nuevo canal reflexionar y transmitir una serie de ideas sobre la misión, en este caso, de las escuelas de ingeniería, de tal manera que esta sea valorada en su justa medida por la sociedad para cuyo servicio deben servir las labores desarrolladas durante la invención y utilización de esas técnicas para el aprovechamiento de los recursos naturales o para las actividades industriales y demás retos de la ingeniería.
Quiero finalizar este primer artículo o entrada deseando una larga vida a este Periódico de la Ingeniería que arranca como medio para unir y dar voz a todas las ramas de la ingeniería y servir como punto de encuentro para que colegios profesionales, asociaciones, instituciones, universidades y empresas podamos comunicar, algo que no se nos termina de dar bien a los ingenieros, salvo contadas excepciones, algunas de las cuales tenemos la suerte de que figuren entre los creadores de PI.
Y en esa larga vida debemos contribuir todos, con nuestras intervenciones, a impulsar y difundir el papel que tiene la ingeniería en nuestra sociedad y su progreso, dando visibilidad a las soluciones que se aportan y se deberían seguir aportando.
